La relajación acompañada de música suave y tranquilizante invita al niño a tomar consciencia de los sonidos, a sentir su vibración y a imaginar su circulación por el cuerpo.
Indicaciones para el niño:
Estírate en Savasana, escucha los sonidos más lejanos y luego los de la habitación donde estés estirado. Escucha luego los ruidos procedentes del interior de tu cuerpo
Tápate las orejas con los índices y escucha tu propia respiración; te recordará el rumor del mar.
Ahora ponemos la música.
Escúchala y déjate mecer por ella.,
Imagina que te entra por las orejas y que viaja por tu cuerpo, como si éste fuera una caja de resonancia.
Haz circular la música por todo el cuerpo: el rostro, el pecho, la mano y el brazo derecho, la mano y el brazo izquierdo, toda la espalda, el vientre, la pelvis, la pierna derecha, la pierna izquierda, el pie derecho y el pie izquierdo.
Ahora te divertirás jugando con los sonidos y los harás circular por tu cuerpo como te apetezca, libremente, dejando volar tu imaginación.
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